Ya Dioscórides había
estudiado y difundido los beneficiosos efectos del consumo del cardo en el
organismo humano, al estimular el funcionamiento hepático y la producción y
fluidez de bilis, y fue Linneo quien estimó esta verdura no sólo por sus
virtudes medicinales –muy indicada para combatir el estreñimiento, equilibrar
los niveles de colesterol y controlar el nivel de glucosa en sangre– sino
también por su valor alimenticio, ya que, con
un alto porcentaje de fibra y sin trazas de ácidos grasos ni de colesterol,
aporta a nuestro organismo:
¨
Calcio: Imprescindible para la construcción y mantenimiento de los
huesos, la coagulación de la sangre y la excitabilidad neuromuscular.
¨
Hierro: Encargado del transporte de oxígeno a las células.
¨
Magnesio: Esencial para el equilibrio nervioso y el mantenimiento de la
integridad celular.
¨
Potasio: Regulador de la humedad celular y el ritmo cardiaco, e
interviene en la construcción de las proteínas y en la síntesis del glucógeno.
¨
Sodio: Primordial en la producción de los jugos en el organismo, en las
contracciones musculares y la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
¨
Provitamina A: La gran protectora de la vista y de la piel, contribuye también al crecimiento, pues
asegura el aumento de peso y el desarrollo armonioso del cuerpo, y en la
elaboración de los enzimas del hígado, en la formación de las hormonas sexuales
y suprarrenales y en la síntesis de la progesterona.
¨ Tiamina (B1):
Interviene en las actividades del sistema nervioso, en la construcción de los tejidos y de los glóbulos rojos y blancos de la sangre, y su ingestión se prescribe en casos de alcoholismo, avitaminosis, dolores neurálgicos y
reumáticos y ante neuritis y polineuritis crónicas.
¨
Riboflavina (B2): Interviene en el crecimiento y regeneración
de los tejidos, y se recomienda en casos de
calambres y fatiga muscular.
¨ Nicotidamina
(B3): Protectora de la piel, asegura su nutrición, actúa en los trastornos
circulatorios y en el metabolismo de las células, a las que ayuda en su
respiración, facilitando el transporte de
hidrógeno.
¨
Ácido ascórbico: Participa en todas las
reacciones químicas del cuerpo e interviene en numerosos
procesos metabólicos, desde la
consolidación de fracturas hasta la cicatrización
de quemaduras y su consumo ha de aumentarse en el caso de fumadores.
¨
Cinarina: Que aumenta la secreción biliar, disminuye el colesterol LDL y provoca la expulsión de orina.
¨ Luteolina:
Modula el sistema autoinmune, previene la inflamación de los órganos,
interviene en la metabolización de los carbohidratos y es eficaz antioxidante
celular.
¨ Inulina: Regulador del buen estado de la flora
bacteriana intestinal, reduce los niveles de azúcar en sangre y facilita la absorción
de calcio y vitaminas de la familia B.
¨ Quimosina: Eficaz
proteína que coagula la caseína de la leche, facilitando su digestibilidad.
Por todo ello, su consumo está especialmente
indicado durante las curas de adelgazamiento y desintoxicación de alcohol y
tabaco, así como para quienes padecen anemia, diabetes, reumatismo y gota (tal vez por esto Enrique VIII de
Inglaterra era un voraz consumidor de esta hortaliza).
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