viernes, 31 de enero de 2014

APOTECA: Propiedades de la borraja © Igone Marrodán

Como ocurre con la mayoría de las plantas, cada parte de la borraja alberga distintos nutrientes y elementos químicos que producen diferentes efectos en nuestro organismo, la mayoría de ellos conocidos desde antiguo.
Así, el “vino rojo de hierbas” con que los ingleses combatían la melancolía y toda la sintomatología que ahora agrupamos bajo el término “estrés” no era otra cosa que una maceración de flores de borraja en vino tinto, mientras con las hojas frescas -que también pueden tomarse en ensalada- machacadas preparaban cataplasmas para aliviar contusiones y magulladuras e incluso para ayudar a regenerar la piel quemada.
Con la infusión de flores -que se guardaban secas tras recogerlas durante la floración-, atacaban el herpes, bajaban la fiebre, disolvían los cálculos de la vesícula biliar y aceleraban la crisis del sarampión, y conocían que el consumo regular de borraja cocida desintoxica la sangre, facilita el funcionamiento de los riñones, suaviza y protege la piel, así como solían utilizar hojas, escaldadas en agua hirviendo, tópicamente a modo de emplastos, por sus virtudes antiinflamatorias y balsámicas para cicatrizar llagas y heridas y para calmar las pieles irritadas.
Ahora también sabemos que la borraja es muy rica en fibra y mucílagos, de ahí sus efectos como suave laxante y con propiedades antitusígenas y antiinflamatorias, por lo que son utilizadas en la composición de los jarabes pectorales.
Además, nos aporta minerales y oligoelementos imprescindibles para nuestro bienestar, como
*       Calcio, que participa en la estructura ósea y regula la coagulación sanguínea, las contracciones musculares, la trasmisión de los impulsos nerviosos y el ritmo cardiaco.
*       Hierro, para llevar el oxígeno a las células
*       Nitrato de potasio, que le confiere actividad diurética, depurativa, sudorífica y tónica cardíaca
*       Magnesio, imprescindible para el equilibrio nervioso y que evita el deterioro celular que conlleva la vejez.
*       Cobalto, que constituye el centro de la molécula de vitamina B12, necesaria para la división celular y la formación de hemoglobina
*       Fósforo, fundamental en el metabolismo de los hidratos de carbono.
*       Silicio, que ayuda a fijar el calcio en los huesos.
Y también contienen flavonoides como:
*       Quercetol, efectivo en el tratamiento y prevención de enfermedades cerebro-vasculares así como la obesidad o el cáncer y muy útil para la prevención de ataques alérgicos y asmáticos.
*      Kaempferol, eficaz antidepresivo.
Además de antocianosidos -que ayudan en la formación y fortalecimiento de los capilares y en la mejora de la circulación en todas las zonas del cuerpo e inhiben la coagulación de la sangre-, alcaloides como la alantoína –que acelera la cicatrización natural-, resinas –protectoras de las paredes del estómago- y prostangladinas –reguladoras de diversas funciones,  como la presión sanguínea, la coagulación de la sangre, la respuesta inflamatoria alérgica y la actividad del aparato digestivo- y ácidos grasos -como el oleico, el gammalinoleico, linolénico y palmítico-, muy  utilizados para combatir los trastornos hormonales   (menstruales, dismenorreas, menopáusicos) y atenuar la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, equilibrar los niveles de colesterol y estimular el metabolismo y las defensas del organismo.
Y que por su contenido en colina -elemento que forma parte del complejo de la vitamina B, imprescindible en el metabolismo de las grasas y responsable del buen funcionamiento celular- su consumo está especialmente indicado para aquellas personas que padecen disfunciones renales, son hipertensas o  tienen un elevado nivel de ácido úrico en sangre.




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